CREENCIAS

Nuestra vida se desarrolla dependiendo de la manera en cómo hemos decidido vivirla, podemos verla como una oportunidad para aprender tras cada experiencia, o podemos verla con gran tristeza porque las cosas no salen como quisiera. Esta posición elegida depende de las ideas y conceptos en los que decidamos creer, y así darle el valor que deseamos para interpretar las situaciones que enfrentemos. Ideas que miramos como verdades y que se denominan CREENCIAS, aparecen en nuestras vidas producto de experiencias y opiniones, las cuales validamos como positivas o negativas, y rigen la manera en cómo enfrentamos las cosas; por ejemplo, el pensar que todo saldrá bien no importa lo que pase, parte de la creencia arraigada desde pequeño en donde piensas que tienes la fuerza para lograr que las cosas fluyan. También se podría pensar en el otro extremo… “Si renuncio a mi trabajo será muy difícil encontrar otro”, aquí por ejemplo, existe la creencia de que la vida es muy difícil, y que no tengo gran capacidad para alcanzar nuevas cosas. Cuando son creencias negativas, se convierten en limitantes las cuales nos impiden crecer y desarrollarnos como personas o alcanzar lo que deseamos. Estas afirmaciones no son ciertas, pero nuestra mente la percibe como tal.

Las creencias surgen desde nuestra niñez, basadas por ejemplo, en la importancia que le otorguemos a lo que nos dicen muchas veces las personas cercanas y especiales para nosotros, también surgen de la aprobación o no, que nos brinden nuestros padres acerca de nuestros comportamientos, o de alguna experiencia fuerte que hayamos vivido y que nos marcó nuestro mundo emocional…

En la adultez, las creencias pueden surgir de los modelos que adoptamos acerca de personas que admiramos y valoramos, creemos lo que dicen y hacen, así como de experiencias vividas, sobre todo las que involucran poder, éxito y fracaso. En muchas ocasiones nuestros actos influenciados por nuestras creencias los realizamos sin percatarnos por qué lo hacemos ya que está tan arraigada que nos lleva a un comportamiento específico.

Es importante no olvidar que las creencias dependen de lo que pienses que eres o no eres, de lo que pienses que puedes o no puedes, y también de los valores de vida que tengas. Por eso poner atención a cómo pienso y cómo me siento es un ejercicio interesante que permite mirar en lo que pienso y siento basado en lo que creo. Henry Ford comparte una frase muy interesante que dice: “TANTO SI CREES QUE PUEDES COMO QUE NO PUEDES, ESTAS EN LO CIERTO”.

Ingrid M. Chavarría